¿Para qué ir al psicólogo?

para-que-ir-al-psicologoMucha gente dice que ir al psicólogo es cosa de locos, pero la verdadera locura es no hacer nada cuando no estás bien. La inestabilidad emocional no es algo privativo de unos pocos, sino de todos nosotros, dependiendo del momento en el que estemos.

¿Qué hacemos los psicólogos? Los psicólogos no damos recetas mágicas para la vida, pero sí que podemos ayudar a que las personas se entiendan a sí mismos y a que aprendan a tomar sus propias decisiones.

Los psicólogos no podemos predecir  cómo será el futuro de nadie, pero  sí que podemos afirmar que, con  voluntad y sinceridad, se pueden conseguir grandes cambios.  Hay que querer y hay que creer para realizar una terapia seria y productiva.

Un psicólogo no es un amigo, ni un cura, ni un padre. La relación con un terapeuta es la única que busca que tú crezcas adecuadamente porque el psicólogo no tiene un interés especial en que seas de una manera o de otra o te comportes de algún modo especial, sino que seas la mejor versión de ti mismo.

Si tuviera que recomendar a un amigo a qué psicólogo ir, lo primero que le diría es que se asegure que tiene la titulación adecuada para ejercer como terapeuta,  que se sienta cercano a esa persona y  que guarde a rajatabla  el secreto profesional. Los psicólogos debemos salvaguardar tanto la   identidad de los pacientes como el contenido de las sesiones. En nuestra consulta de Tarragona cumplimos absolutamente con todas las obligaciones que establece la Ley de protección de datos.

Hay momentos en la vida en que no necesitas ni consejos, ni buenas intenciones, lo que necesitas en profundizar en ti, conocerte mejor, cambiar, mejorar. Los psicólogos  no podemos garantizar la felicidad, nuestro objetivo es que las personas que acuden a terapia  vivan mejor cada momento, a cada paso, porque la felicidad no es un destino, es una forma de recorrer un camino.

La naturaleza de la mente

la-naturaleza-de-la-menteBajo el implacable sol de la India, un  hombre  llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso. Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que al punto apareció una confortable cama. El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera un masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje. Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De repente le asaltó un pensamiento: −Mira que si ahora un tigre me atacase− Apareció un tigre y lo devoró.

El Maestro dice: Cambiante y descontrolada es la naturaleza de la mente. Aplícate a conocerla y dominarla y disiparás para siempre el peor de los tigres: el que mora dentro de ella misma.

Meditación caminando por la playa

meditacion playaNos situamos en un tramo de playa cerca del  mar en el que podemos andar en línea recta sin ser molestados ni molestar a nadie.

Podemos realizar la siguiente relajación en cualquier lugar, proponemos la playa por ser un lugar que habitualmente relaja a todo el mundo. Si realizamos esta práctica proponemos hacerla con los pies descalzos o con calcetines puesto que cuanto más logremos conectar con las sensaciones corporales más placentera nos resultará.

En un extremo del tramo escogido cerramos los ojos y dejamos que nuestro cuerpo y nuestra mente sientan el simple hecho de estar aquí. Lleva tu atención a la sensación que tienen tus pies con la arena y la fuerza de gravedad que tira hacia abajo tu cuerpo. Nota la sensación del aire en tu cara, en las manos, en el pecho, las piernas, los pies. Escucha los sonidos que te rodean, las olas del mar, las gaviotas, el viento… Observa todo el recorrido de tu respiración, desde la punta de la nariz hasta tu barriga al inspirar y al exhalar.

Abre los ojos y permite que tu vista se sitúe a un metro de distancia más o menos, Observa los colores, las formas, las texturas que tienes a tu alrededor, como si fueras un pintor antes de comenzar un lienzo.

Ahora que estamos en contacto con el momento presente y lo que nos rodea comenzaremos levantando suavemente un pie, prestando atención a la sensación de este acto de levantar un pie, pierna y todo el cuerpo. Despacio iremos moviendo el pie hacia delante  notando las sensaciones que vayan surgiendo al tomar contacto con el suelo. A esta experiencia le pondremos un especial interés, como si fuera la primera vez que caminamos. .

Repetiremos lo mismo con el otro pie a un ritmo que nos sea cómodo, se recomienda que sea un ritmo suave, hasta alcanzar el otro extremo del camino que no habíamos marcado.

Llegados al otro extremo del camino, nos detendremos un momento y prestaremos atención a la sensación de estar quieto, a nuestros pies, al aire, los sonidos y todo lo que vemos desde nuestra posición. Después de unos minutos nos daremos la vuelta y repetiremos la misma acción hasta llegar a donde comenzamos este paseo, siendo plenamente conscientes de los movimientos corporales que realizamos para ello.

Aprende a practicar Mindfulness (2): “meditación guiada”

Para desarrollar nuestra experiencia práctica en Mindfulness, os proponemos realizar esta meditación de Vicente Simón, que desde hace unos 15 años se dedica al estudio de la conciencia y a la práctica de la meditación. Es miembro fundador y Presidente de la Asociación de Mindfulness y Salud (AMYS), una asociación sin ánimo de lucro dedicada a la promoción y formación de profesionales de la salud interesados en integrar la atención plena (o mindfulness) en la práctica clínica.
Web de Vicente Simón

Aprende a practicar Mindfulness (1): “qué es”

mindfulness-calmar-la-menteEn el último post escribimos sobre la importancia de aprender a calmar los pensamientos y de conectar con el ahora. La práctica del mindfulness nos puede ser muy útil para ello.

Para traducir la palabra mindfulness al español se han empleado varias expresiones, siendo las más frecuentes “atención plena” o “conciencia plena”.

Consiste en afrontar el momento presente de manera continua, sin juzgarlo y aceptándolo tal y como es, sin tratar de controlarlo. Nos ayuda a ver más claramente los hábitos mentales que nos crean un sufrimiento innecesario y nos enseña la manera de percibirlos.

Mindfulness es un término que se utiliza sobre todo a nivel científico o académico. En la vida cotidiana la palabra más utilizada es: “meditación”.

La práctica diaria de la meditación, genera un estado mental distinto al habitual y permanecer en él durante un tiempo, nos producirá grandes beneficios, entre ellos, calmar la mente para ver con más claridad y habitar más en el ahora.

Gracias a esta práctica tardaréis poco tiempo en descubrir que la mente se ve constantemente empujada a pensar en lo próximo que tenéis que hacer, lo que haréis mañana en el trabajo, el sufrimiento que os provocó vuestra última pareja… , un sinfín de situaciones que os inquietan y os impiden disfrutar del momento presente que estáis viviendo.

En los próximos post escribiremos sobre algunas prácticas para ayudar al lector a desarrollar su experiencia práctica en el Mindfulness a través de la meditación.

“La mente errante”

mente-erranteAunque parezca mentira, tenemos cada día entre cuarenta mil y sesenta mil pensamientos, de los cuales el 97% son los mismos que los del día anterior.

La mayoría de estos pensamientos se producen de forma automática, sin que nosotros los controlemos.  Si no hacemos un esfuerzo, por calmar nuestra mente y llevarla a un estado de serenidad, nos convertimos en esclavos del libre razonamiento de nuestra mente.

Este diálogo interno continuo es lo que se denomina “mente de mono” o “mente errante”.

Es un tipo de pensamiento  que no produce soluciones  y que no  nos ayuda a resolver problemas, sino que da vueltas sobre sí mismo, acentuando los problemas que tengamos. Con frecuencia tiende a producir ansiedad (anticipa realidades inexistentes) y rumiación (sobre lo sucedido en el pasado)

Este libre parloteo de nuestra mente se preocupa excesivamente del pasado y del futuro y no se centra en lo que sucede en el momento presente.

Si queremos disfrutar la vida, debemos empezar por calmar los pensamientos, abandonando la mente de mono y conectando en el ahora.

En muchas ocasiones me han preguntado y ¿cómo se hace eso? Una de las respuestas la encontramos en la práctica del mindfulness, tema al cual dedicaremos nuestros próximos post.