Aunque parezca mentira, tenemos cada día entre cuarenta mil y sesenta mil pensamientos, de los cuales el 97% son los mismos que los del día anterior.
La mayoría de estos pensamientos se producen de forma automática, sin que nosotros los controlemos. Si no hacemos un esfuerzo, por calmar nuestra mente y llevarla a un estado de serenidad, nos convertimos en esclavos del libre razonamiento de nuestra mente.
Este diálogo interno continuo es lo que se denomina “mente de mono” o “mente errante”.
Es un tipo de pensamiento que no produce soluciones y que no nos ayuda a resolver problemas, sino que da vueltas sobre sí mismo, acentuando los problemas que tengamos. Con frecuencia tiende a producir ansiedad (anticipa realidades inexistentes) y rumiación (sobre lo sucedido en el pasado)
Este libre parloteo de nuestra mente se preocupa excesivamente del pasado y del futuro y no se centra en lo que sucede en el momento presente.
Si queremos disfrutar la vida, debemos empezar por calmar los pensamientos, abandonando la mente de mono y conectando en el ahora.
En muchas ocasiones me han preguntado y ¿cómo se hace eso? Una de las respuestas la encontramos en la práctica del mindfulness, tema al cual dedicaremos nuestros próximos post.
Mindfulnees… Urgente!